Friday, July 2, 2010

Manuela Sáenz


Este sábado serán traídos los restos de Manuelita Sáenz a reposar junto a su amante Simor Bolívar siguiendo la ruta de la "Campaña Admirable". El evento se lleva a cabo bajo el nombre "Manuelita vuelve" y será enterrada en el Panteón Nacional en un acto que estará precidido por Rafael Correa, presidente de Ecuador, y Hugo Chávez Frías, presidente de Venezuela.

Manuela Saenz Aispuru, mejor conocida como “Manuelita” Saenz, nació el 27 de diciembre de 1797 en Quito (Ecuador) y murió el 23 de noviembre de 1856 en Paita (Perú).
Debido a la muerte de su madre fue entregada a un convento de monjas conceptas, donde vivió sus primeros años bajo la tutela de su superiora sor Buenaventura.

Conoció a las negras Natán Y Jonatás cuando salía del internado e iba a pasar unos días en casa de su padre, ellas se convirtieron en sus amigas inseparables por el resto de su vida.

Al terminar su formación en el convento fue llevada al monasterio de Santa Catalina de Siena en Quito, de la Orden Santo Domingo, para completar la educación que se impartía a las señoritas de familias importantes. Esta formación consistía en aprender a bordar, hacer dulces, hablar ingles y francés entre otras.

A los 17 años empezó a mostrar un espíritu rebelde, huyó del convento seducida por Fausto D’Elhuyar, oficial del ejército real, quien luego la abandonó.

En 1816 Manuela conoció al que sería su esposo: James Thorne. Su padre pautó la boda para el año siguiente ya que el pretendiente era un acaudalado médico inglés.

En Lima Manuela Sáenz empezó a tomar partido en las actividades políticas, manifestando su disgusto con las autoridades españolas. Contribuyó en el cambio del Batallón Numancia. Y por sus actividades pro independentistas recibió el título de “Caballeresa del Sol” de la Orden El Sol del Perú por el general José de San Martín, luego de que este proclamara la independencia del Perú el 28 de julio de 1821.

Manuela se encontraba en Quito reclamando la herencia de su abuelo materno cuando Simón Bolívar entra a esta ciudad en 1822, la descripción de su primer encuentro está descrita en uno de sus diarios:

“Cuando se acercaba al paso de nuestro balcón, tome la corona de rosas y ramitas de laureles y la arrojé para que cayera al frente del caballo de S.E.; pero con tal suerte que fue a parar con toda la fuerza de la caída, a la casaca, justo en el pecho de S. E. Me ruboricé de la vergüenza, pues el Libertador alzó su mirada y me descubrió aún con los brazos estirados en tal acto; pero S. E. se sonrió y me hizo un saludo con el sombrero pavonado que traía a la mano.” Manuela Sáenz.

En ese mismo año empezó el amorío entre Manuelita Sáen y Simón Bolívar. Participó en casi todas sus campañas, dándole apoyo y prestándole ayuda. Fue su compañera y salvadora. Encontrándose ambos en Perú, Manuelita interviene en un intento de asesinato a Bolívar: ocurrió en el palacio San Carlos, ella notó a los rebeldes y los obstaculizó, ganándole tiempo al libertador de escapar por una ventana. Por esta acción Bolívar la nombró “Libertadora del Libertador”.

Manuela seguía casa y su esposo le rogaba que volviera a su lado, pero ella estaba decidida a quedarse con Bolívar, su amante. Manuela al expresar la repulsión que sentía hacia su marido y decidirse a separarse de él marcó un paso en la historia de la liberación femenina ante una sociedad represiva por antonomasia.

Después que el libertador muriera en 1830 enfermo de tuberculosis (Manuela después del fallecimiento de su amante intentó ser la segunda Cleopatra: se hizo morder por una serpiente para suicidarse pero no lo consiguió) las autoridades de Bogotá la expulsan de Colombia. Se exilia en Jamaica. Al volver a su patria el pasaporte le es revocado por el presidente Vicente Rocafuerte y se queda despatriada, por esto se traslada a Paita (Perú).

En Perú sobrevivió trabajando los oficios que había aprendido en su adolescencia en el monasterio. Se dedicó a la venta del tabaco, a la traducción y escritura de cartas de negocios.

Se quedó sin la dote matrimonial que entregó su padre a su marido puesto que Thorne murió asesinado en 1847.

Manuelita Sáenz murió de difteria en 1856 y su cuerpo fue sepultado en una fosa común del cementerio local y todas sus posesiones fueron incineradas.

Tomado de Tal Cual Digital